Los restos de San José Sánchez del Río se encuentran actualmente en la parroquia Santiago Apóstol en Sahuayo, México.
Anthonella Zúñiga/Notiunión
Sahuayo, Michoacán, a 18 de agosto de 2023.- José Sánchez del Río, conocido como el «niño cristero» o «Joselito», fue canonizado por el papa Francisco en la Plaza de San Pedro, donde se congregaron más de 80 mil personas para presenciar este momento histórico. José Sánchez del Río Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán, este joven mártir es un símbolo de valentía y devoción en la lucha por la fe católica durante la Guerra Cristera.

La Guerra Cristera, un conflicto armado que estalló en 1926 como respuesta a las políticas anticatólicas del gobierno mexicano liderado por Plutarco Elías Calles, encontró en José y sus hermanos a defensores intrépidos de la causa cristera. Enfrentándose a las fuerzas federales, el joven José demostró una dedicación inquebrantable a su fe.
La historia de su martirio se sitúa en enero de 1928, cuando a la edad de 14 años, Joselito fue capturado por las fuerzas gubernamentales. A pesar de las ofertas de libertad a cambio de renunciar a su fe, él rechazó tal propuesta y permaneció firme en sus creencias. Fue torturado y forzado a presenciar el ahorcamiento de uno de sus compañeros de prisión, demostrando una increíble resistencia espiritual.
Leer más: Conoce el tapete monumental en honor a San José Sánchez del Río «Joselito» en Sahuayo, Michoacán
Las torturas que sufrió José fueron atroces. Desde la desolladura de las plantas de sus pies hasta el aterrador camino forzado hacia su propia tumba en el cementerio, el «niño cristero» nunca cedió en su convicción. Gritando «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!» a pesar del dolor, finalmente fue ejecutado el 10 de febrero de 1928 por un disparo de arma de fuego.
El proceso de canonización de José Sánchez del Río fue un reconocimiento a su valiente testimonio de fe. Beatificado por el papa Benedicto XVI en 2005, finalmente se le concedió la santidad en una ceremonia encabezada por el papa Francisco en el Vaticano. En la misma ceremonia, otros seis beatos también recibieron la distinción de santos.

Los detalles de la vida de José Sánchez del Río revelan su profundo compromiso con su fe católica desde una edad temprana. Pidió a Dios la gracia de morir como mártir, visitando la tumba de otro mártir y rogando por la oportunidad de dar su vida por Cristo. A pesar de su juventud, sirvió a los cristeros con valentía y sacrificio, incluso ofreciendo su caballo para salvar a su líder. Su negativa a renunciar a su fe incluso en la cara de la muerte es una inspiración para todos los creyentes.
Leer más: Más de 3 mil Tlahualiles de Sahuayo danzarán 12 horas en fiesta de Santiago Apóstol
El lugar de su bautizo se convirtió en su prisión, y su defensa apasionada de una iglesia profanada demuestra su determinación de vivir su fe sin temor. Incluso cuando su padrino de Primera Comunión se convirtió en un conspirador de su asesinato, José se mantuvo firme. Las torturas brutales que soportó, incluida la pérdida de la piel de sus pies, no lograron quebrantar su espíritu.

Los restos de San José Sánchez del Río se encuentran actualmente en la parroquia Santiago Apóstol en Sahuayo, México. Su vida y sacrificio continúan siendo un recordatorio poderoso de la importancia de la fe, la valentía y la determinación en tiempos de adversidad.





































