Guadalajara, Jalisco, 12 de mayo de 2025. – La agrupación musical Los Alegres del Barranco fue vinculada a proceso por el presunto delito de apología del delito, debido a la proyección de imágenes del narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, durante un concierto en Zapopan, Jalisco, en abril pasado.

En la audiencia celebrada este lunes, la Fiscalía de Jalisco dictó medidas cautelares contra los miembros de la banda, que incluyen una presentación semanal para firmar en el juzgado, una garantía económica de 300 mil pesos por cada integrante (lo que totaliza 1 millón 800 mil pesos), y la restricción de sus presentaciones únicamente fuera del estado de Jalisco. Además, el proceso de investigación complementaria se extenderá por tres meses.

Pável “N”, vocalista de Los Alegres del Barranco, estuvo presente en la audiencia. Tras el escándalo que desató la viralización del evento, había causado polémica por su actitud despreocupada en las primeras horas posteriores al incidente.

La Fiscalía de Jalisco no solo investiga el concierto de Zapopan, sino que también analiza otras presentaciones de la banda: en Villa Purificación (26 de abril), Cihuatlán (3 de mayo) y Tequila (4 de mayo), en las cuales también interpretaron narcocorridos en honor a El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.

¿Qué es la apología del delito?

La apología del delito es el acto de exaltar o justificar públicamente conductas delictivas o a quienes las cometen. Este delito se castiga en México de acuerdo con el Artículo 208 del Código Penal Federal, con penas que van de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo comunitario. Si se ejecuta el delito, la sanción se ajusta según la participación del emisor.

En el caso de los narcocorridos, el glorificar la vida y las acciones de figuras del crimen organizado puede ser considerado apología del delito, ya que estos pueden incitar indirectamente a la reproducción de actos ilícitos.

Libertad de expresión vs. apología del delito

Aunque la libertad de expresión es un derecho protegido por la Constitución mexicana, la apología del delito no se encuentra dentro de sus límites. Exaltar actos delictivos de manera pública y masiva, como lo hicieron Los Alegres del Barranco, transgrede los límites de la libertad de expresión y se convierte en una conducta sancionable.

Las autoridades mexicanas están cada vez más preocupadas por el impacto social de la apología del delito, especialmente en contextos donde se glorifica al crimen organizado, como sucede con los narcocorridos.