Londres. Por primera vez en 1,400 años de historia, la Iglesia de Inglaterra será encabezada por una mujer. Sarah Mullally, actual obispa de Londres, fue nombrada Arzobispa de Canterbury, convirtiéndose en la máxima autoridad de la Iglesia Anglicana.
Su designación marca un hito histórico: apenas diez años después de que se permitiera la ordenación de mujeres como obispas (2014), Mullally asume el cargo más alto de la institución. Su entronización oficial se llevará a cabo en enero de 2026, tras la aprobación del rey Carlos III.
Antes de su vida eclesiástica, Mullally fue directora de enfermería del Departamento de Salud del Reino Unido y recibió el título de Dama del Imperio Británico en 2005 por su contribución a la enfermería y obstetricia. En 2017 se convirtió en obispa de Londres, tercer puesto en importancia dentro de la jerarquía anglicana, destacando como defensora de un liderazgo más diverso e inclusivo.
Mullally sucederá al reverendo Justin Welby, quien renunció en 2024 tras un escándalo por encubrimiento de abusos en campamentos religiosos.
Con este nombramiento, la Iglesia de Inglaterra abre un nuevo capítulo en su historia, marcado por la inclusión y la equidad de género.