Las autoridades mexicanas han acusado a Costa Rica en Ginebra por una prohibición fitosanitaria a su producto insignia, el aguacate. Tras dos años de pugna entre México y las autoridades costarricenses por la decisión de San José de restringir en 2014 el ingreso del aguacate tipo Hass con el argumento de que podría provocar un contagio de la enfermedad conocida como sunblotch o mancha de sol, que afecta a las plantaciones del Estado de Michoacán, México inició el proceso de resolución de disputas en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La acusación ante la OMC llegó la semana pasada a Ginebra después de dos años de pugna entre las autoridades mexicanas y las costarricenses. México insiste en que no hay riesgo alguno de que el aguacate tipo Hass provoque un contagio de la mancha de sol, según pruebas en laboratorio.

Esta es la primera acusación contra Costa Rica como miembro de la OMC y la primera de México en defensa de su oro verde, fuente de divisas que en 2016 superaron a las generadas por la exportación de hidrocarburos. De los 2.227 millones de dólares ingresados por el sector aguacatero mexicano (que provee la mitad de la fruta en el mundo), unos 11 millones corresponden a ventas a Costa Rica, según cifras preliminares. Las compras cayeron a la mitad desde que en 2014 un departamento del Ministerio de Agricultura decidiera cerrar la puerta al Hass, el preferido por la industria.

La decisión multiplicó hasta por tres el precio de los aguacates y desató una discusión interna de tintes ideológicos entre el libre mercado o el proteccionismo para la pequeña producción local, debido a dudas sobre la certeza científica del peligro fitosanitario.

En las ferias de frutas del fin de semana cuesta conseguir el aguacate tipo Hass y en los supermercados el kilo ha llegado a alcanzar el equivalente a ocho dólares. El mercado se abastece de Hass importada de Chile, Perú, o de variedades alternativas cultivadas en el país o traídas de Nicaragua, pero el precio no ha retornado al que había antes de 2014.

También circulan noticias con la sospecha de que el aguacate Hass mexicano sí entra a Costa Rica mediante contrabando por la frontera con Panamá. Causa inquietud que desde 2014 las exportaciones desde México a territorio panameño pasaran de 1,4 toneladas en 2012 a 255 toneladas en 2016, sin motivos notables para un incremento del consumo.

Aunque en México el caso no llega a ocupar las primeras planas, Costa Rica cumple dos años discutiendo sobre el aguacate. No se puede hablar de una «guerra del aguacate» cuando una de las partes es la potencia mundial y tiene un cliente cada vez más hambriento como EE UU (le vendió 800.000 toneladas en 2016), y la otra, Costa Rica, solo uno de sus cinco compradores principales, con una diferencia abismal.