Morelia, Michoacán.– Con la tradicional frase “Extra omnes” (“Todos fuera”) y el cierre de las puertas de la Capilla Sixtina, dio inicio este martes el Cónclave en el que se elegirá al 267° pontífice de la Iglesia Católica. En el proceso participan 133 cardenales electores, quienes ya prestaron juramento y permanecerán aislados hasta que se alcance una decisión.
La jornada comenzó con la misa pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. En su homilía, el prelado exhortó a elegir “al papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento tan difícil y complejo”, e instó a los cardenales a actuar con responsabilidad, dejando de lado intereses personales.
A las 16:30 horas de Roma (08:30 horas del centro de México), los cardenales se trasladaron desde la Capilla Paulina a la Capilla Sixtina. Tras el juramento colectivo, se dio la señal de inicio formal del cónclave con la orden “Extra omnes”, y se cerraron las puertas.
Este martes se prevé una única votación, cuyos resultados se anunciarán alrededor de las 19:00 horas de Roma (12:00 horas de México) mediante la tradicional fumata. El humo negro indicará que no hubo elección, mientras que el humo blanco señalará que ya se ha elegido al nuevo papa.
Proceso y posibles escenarios
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, emitida en 1996, regula el desarrollo del cónclave. Si después de tres días de deliberaciones —equivalentes a 12 votaciones— no se alcanza un consenso, se hará una pausa de un día para reflexión, oración y diálogo entre los cardenales.
De persistir el desacuerdo, se seguirán realizando rondas de votación alternadas con nuevos recesos, hasta llegar, si es necesario, al décimo u onceavo día de cónclave. Si aún no se elige al pontífice tras 34 votaciones, se procederá a una ronda final entre los dos candidatos con más votos, quienes no podrán votar por sí mismos.
El nuevo papa será aquel que logre el respaldo de al menos dos tercios del colegio cardenalicio, es decir, 89 votos de los 133 posibles. El elegido deberá aceptar el cargo para que el anuncio de Habemus Papam pueda ser proclamado desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Todo el proceso se desarrolla bajo estrictas medidas de confidencialidad, y ningún cardenal puede abandonar el Vaticano hasta que se concrete la elección.