São Paulo, Brasil – La comunidad de São Paulo está consternada tras el multihomicidio de una familia completa perpetrado por un adolescente de 16 años. Según informaron las autoridades, el joven asesinó a su padre, su madre y su hermana luego de que estos lo castigaran quitándole su teléfono celular.
El crimen ocurrió el pasado viernes 17 de mayo en la zona oriente de la ciudad. El joven utilizó el arma de su padre, quien era miembro de la Guardia Civil, para llevar a cabo el ataque. Posteriormente, ocultó los cadáveres en la cocina de la vivienda durante tres días, periodo en el que continuó con su rutina diaria, incluso asistiendo al gimnasio y saliendo a comer.
El adolescente confesó a las autoridades que la muerte de su hermana no estaba planeada, pero que “tuvo que matarla” porque fue testigo de los asesinatos de sus padres.
Tres días después del crimen, el menor llamó a la policía para confesar lo ocurrido. Según su testimonio, decidió alertar a las autoridades debido al fuerte olor y la presencia de moscas en la vivienda, lo que le incomodaba y dificultaba realizar sus actividades cotidianas.
Durante el interrogatorio, el joven declaró no sentir arrepentimiento por el crimen y aseguró que “lo haría de nuevo” si enfrentara la misma situación. Estas declaraciones han generado indignación en la comunidad, que exige justicia y una condena ejemplar para el responsable.
La policía local ha iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar si el adolescente actuó solo o contó con la ayuda de un cómplice.
El caso ha causado conmoción en Brasil, planteando preguntas sobre la salud mental, la violencia familiar y el impacto de la tecnología en las relaciones intrafamiliares. Las autoridades y expertos señalan la importancia de analizar este tipo de situaciones para prevenir futuras tragedias.
Mientras tanto, el adolescente permanece detenido, y la comunidad espera que se imponga la máxima sanción permitida por la ley para garantizar que este acto atroz no quede impune.