El exdirector del FBI, James Comey, solicitó un notable aumento de los fondos para la investigación de la supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, por parte de Rusia, días antes de ser despedido por el presidente Donald Trump, indicaron ayer varios medios estadunidenses.
Según The New York Times, que fue el primero en adelantar esta información citando como fuente a tres funcionarios familiarizados con el asunto, Comey pidió estos recursos adicionales durante un encuentro la pasada semana con Rod J. Rosenstein, fiscal general adjunto de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia, por su parte, negó ayer “rotundamente”, a través de un portavoz, que Comey pidiese más recursos.
Rosenstein fue precisamente quien escribió el informe del Departamento de Justicia en el que se justifica el despido de Comey.
El mandatario, en tanto, defendía a capa y espada su decisión de despedir a la cabeza del FBI. “Comey no hacía un buen trabajo, es muy simple, no hacía un buen trabajo”, declaró Trump en una rueda de prensa en la Oficina Oval.
Además, en una serie de siete ‘tuits’, Trump multiplicó los ataques a sus críticos, entre ellos el senador demócrata Richard Blumenthal, quien había hablado en las cadenas de televisión sobre una “posible crisis constitucional” y afirmó que las razones que dio el gobierno para echar a Comey eran “risibles”.
Trump arremetió contra Blumenthal al señalar que éste debería ser uno de los investigados por “uno de los mayores fraudes militares en la historia de EU”, debido a las controvertidas declaraciones que hizo en el pasado sobre su servicio militar durante la guerra de Vietnam.
Por su parte, Comey fue invitado a declarar el martes próximo a puertas cerradas ante la comisión de Inteligencia del Senado, que realiza su propia investigación sobre la presunta injerencia de Rusia.
La decisión de Trump de despedir a Comey el martes provocó un terremoto político e hizo que inmediatamente se comparara el caso con el escándalo del Watergate, que condujo a la renuncia de Richard Nixon en 1974.
El azar del calendario quiso que un día después de despedir a Comey, Trump recibiera en la Casa Blanca al jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov. La reunión fue calificada por Trump de “muy buena” y anticipó la que tiene prevista con su homólogo Vladimir Putin en julio en Alemania.
“El presidente Trump manifestó su interés en poner en vigor relaciones de trabajo pragmáticas y mutuamente beneficiosas con Rusia”, declaró luego Lavrov, quien tachó de “invención” los alegatos de la injerencia rusa en los comicios de Estados Unidos.
Un comunicado de la Casa Blanca tras el encuentro enfatizó la necesidad de trabajar juntos en poner fin al conflicto en Siria.
La nota de prensa de Washington también mencionó la situación en Ucrania y remarcó el compromiso de la administración Trump con la resolución del conflicto.
PONE A FLYNN CONTRA LA PARED
La comisión de inteligencia del Senado emplazó ayer al exasesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, Michael Flynn, para que entregue documentos relacionados con la investigación del panel sobre la posible injerencia de Rusia en la elección presidencial de 2016.
El senador republicano Richard Burr, el presidente del comité; y el senador demócrata Mark Warner, vicepresidente del comité, dijeron que el panel había solicitado por primera vez los documentos de Flynn el 28 de abril. Agregaron que el abogado de Flynn se negó a cooperar con la petición.
A su vez, fiscales federales de Estados Unidos enviaron citaciones para comparecer ante un Gran Jurado a personas relacionadas con Flynn, informó la cadena estadunidense CNN.
Las citaciones buscan registros de negocios y “fueron recibidas por socios que trabajaron con Flynn en contratos” después de que fuera obligado a abandonar la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), el principal organismo militar de espionaje extranjero. El expresidente Barack Obama lo nombró al frente de la DIA en 2012 pero dos años después fue destituido por sus controvertidas opiniones sobre el Islam y diferencias con sus superiores sobre su gestión.
Flynn también fue despedido por Trump después de menos de un mes en el cargo.
La Casa Blanca indicó que el exasesor engañó al vicepresidente Mike Pence y a otros funcionarios de alto rango sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos.
CNN aseguró que se enteró de estas citaciones apenas horas antes de que el actual presidente, Donald Trump, destituyera al director del FBI, James Comey.
CREEN EN DESTITUCIÓN DE TRUMP
La repentina decisión del presidente Donald Trump de despedir al director del FBI James Comey hizo que se dispararan las apuestas a que el mandatario estadunidense será destituido, dijeron sitios especializados ayer.
Poco después de que se conociera la noticia el martes, empezaron a surgir las comparaciones con el expresidente Richard Nixon, quien despidió al fiscal independiente del caso Watergate, Archibald Cox, en 1973, un año antes de que un panel del Congreso votara en favor de la destitución de Nixon, quien dimitió.
Ayer, las apuestas a que se someterá a Trump a un proceso de destitución en su primer mandato subieron de 2/1 a 4/6, lo que supone 60% de probabilidades, según Lewis Davey, portavoz del sitio de apuestas irlandés Paddy Power.
Según Naomi Totten, de Betfair, una plataforma de apuestas británicas perteneciente a la misma casa matriz que Paddy Power, el despido de Comey animó a los jugadores a apostar a favor de una caída de Trump. “Una persona está intentando colocar 100 mil libras (129 mil dólares) a favor de la salida de Trump”, contó
Los apoyos a Trump están cerca de su menor nivel desde la toma de posesión, y la tasa de aprobación se encuentra actualmente en 54.2%, según la media de sondeos elaborada por Real Clear Politics.