Después de una reunión de poco menos de siete horas, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) acordó que «se sostiene la Huelga Magisterial Nacional (paro indefinido de labores) con las demandas centrales del magisterio»: abrogación de la reforma educativa, transformación de la educación a través de un Proyecto de Educación Democrático, «construido por todos los actores de la educación», y la solventación de las «consecuencias» de la aplicación de la reforma.
En el documento que se produjo a raíz de la Asamblea Nacional Representativa del miércoles por la noche, la Coordinadora señala que el 22 de agosto -día en que inicia el ciclo escolar 2016-2017- los maestros estarán participando en «marchas estatales masivas, en todo el país, para exigir la reinstalación de la mesa de negociación (con el gobierno federal) y respuestas claras y precisas» a las demandas del magisterio disidente.
La Coordinadora hace un emplazamiento al gobierno federal a instalar la mesa de negociación «con respuestas» y «en lo inmediato».
La decisión se tomó con la presencia de 169 delegados de 24 representaciones sindicales de 22 estados del país. La disidencia magisterial acusa al gobierno federal de «una total cerrazón e incapacidad para dar respuestas precisas sobre los planteamientos generales» que ha planteado y que «esta actitud irresponsable tiene que ver con la presión que los empresarios ejercen sobre ellos», ante este contexto hace un llamado a la unidad y organización.
«Que en esta etapa especial y extraordinaria de la Jornada de Lucha, debemos enfrentar todos los obstáculos con una mayor unidad y organización. Que en base a una revisión exhaustiva de la correlación de fuerza, diseñemos el plan de corto, mediano y largo plazo. Revisar de igual manera el consenso social alcanzado para conservarlo y acrecentarlo».