Si sientes que la monotonía ha llegado a tu trabajo y no encuentras motivos para levantarte cada día para ir al trabajo, pon en práctica estos sencillos consejos y verás que pronto sentirás que todo mejora.
>Prémiate. Busca pequeños logros laborales, ese informe que te está costando. El límite que quieres poner en el número de horas que trabajas, mejorar la relación con un compañero difícil, etc… Cuando vayas consiguiendo cada uno de esos retos, establece qué premio vas a conseguir; no hay nada más motivador que recoger la merecida recompensa por lo que has conseguido.
>Háztelo fácil. Los demás ya pondrán las dificultades en el camino, no hagas tú lo mismo. Da pasos que te faciliten tu día a día; busca el camino más sencillo para llegar al trabajo; toma tu tiempo para relajarte antes de entrar a trabajar, quizás un café, té aderezado con un capítulo de un libro o un buen desayuno. ¡Tú decides! Verás como la percepción que tendrás al llegar será diferente. Aprovecha la oportunidad para recabar el apoyo de tu pareja, amigos o familia que te permitan hacerte las cosas más fáciles por la mañana.
>Practica la gratitud. En lugar de comenzar el día pensando en todo lo aburrido que va a ser, empieza la mañana con todo lo bueno que tienes; es increíble la cantidad de cosas que te pasan desapercibidas y con las que cuentas, pero solo te fijas, es decir, que estableces el foco en todo lo que te molesta (como cuando te compras un coche nuevo y comienzas a ver muchos coches del mismo modelo). Cuando haces eso, pierdes el contacto con tu propia realidad y acaba sesgada hacia uno de los extremos. El coste de pensar de una u otra forma es el mismo, pero el lado negativo te acaba hundiendo y el positivo termina levantándote.
>Cuídate. Presta atención a tu cuerpo y mente; come sano y de manera frecuente, no pospongas una comida ni las hagas de forma copiosa. Aristóteles decía: “Que el desayuno te haga desear la comida, que la comida te haga desear la cena y que la cena te haga desear el desayuno”. Relájate durante tu jornada laboral, encuentra el momento para ti y toma esa bocanada de aire fresco que te permita continuar con tu labor. Mantente en forma, haz ejercicio a lo largo de la semana, esto te permitirá sentirte activa, flexible y con la energía necesaria para toda la semana.
>Fórmate. En cualquier trabajo tienes que estar en continua formación y mucho más en estos momentos en los que sientes que ya has alcanzado todo lo que podrías en tu actual responsabilidad. Es la oportunidad para buscar una formación adicional, interesante y que te permita progresar en tu área actual o en un área diferente a la que puedas optar en un futuro. Sigue en movimiento y no te pares; continúa en el circuito profesional adquiriendo nuevos conocimientos, actualizando las tendencias que están o estarán por venir, descubriendo otras formas y ampliando tu red de contactos. Todo sirve a lo largo de tu vida profesional.
La motivación que funciona es la intrínseca, aquella que parte de tus propios valores y tus respuestas a la pregunta ¿para qué? No busques esa motivación en factores externos porque eso te durará poco tiempo, mientras que todo lo que se relaciona con tus valores personales pervivirá largo tiempo dentro de ti y además se proyectará hacia todas las personas de tu entorno.