Este viernes 10 de enero, Nicolás Maduro tomó protesta como presidente de Venezuela por tercera vez consecutiva. La ceremonia de investidura, realizada en el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional de Venezuela, marca el inicio de un nuevo período presidencial de seis años, que abarcará de 2025 a 2031.

Durante el acto, Maduro declaró:

“Ante el pueblo de Venezuela (…) juro por la memoria eterna de nuestro comandante Hugo Chávez que haré cumplir todas las obligaciones de la Constitución y las leyes de la República. Y que este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia. Lo juro por la historia, lo juro por mi vida. Y así cumpliré y cumpliremos”.

El juramento fue oficializado por Jorge Rodríguez, líder del parlamento y cercano colaborador de Maduro, quien respondió:

“Queda usted investido en el cargo de presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela”.

El evento se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad. Aunque el líder opositor Edmundo González había manifestado su intención de asistir, finalmente no se presentó, lo que ha generado interrogantes. Por su parte, la opositora María Corina Machado, quien recientemente fue detenida y liberada tras participar en una convocatoria de apoyo a González, anunció que ofrecerá una conferencia en respuesta al acto de investidura.

En su primer mensaje como presidente, Maduro subrayó que su legitimidad proviene del pueblo venezolano, no de Estados Unidos ni de los gobiernos de derecha en América Latina.

“A mí no me ha colocado como presidente el gobierno de Estados Unidos, ni los gobiernos pro-imperialistas de la derecha latinoamericana. Vengo del pueblo y soy del pueblo”, afirmó.

Mientras Maduro asumía su tercer mandato, la administración de Joe Biden aumentó la recompensa por información que conduzca a su captura de 15 a 25 millones de dólares, en relación con acusaciones de narcotráfico y nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos. Estas medidas fueron calificadas por Maduro como intentos de desestabilizar su gobierno.

El acto de investidura consolida a Maduro como líder de Venezuela, en un contexto marcado por tensiones internas y fuertes críticas internacionales. La oposición, liderada por González y Machado, mantiene en vilo a la nación con posibles respuestas al acto.