El mundo del fútbol llora la pérdida de Sven-Göran Eriksson, quien falleció a los 76 años debido a un cáncer de páncreas inoperable y terminal. Eriksson, conocido por su extenso y exitoso recorrido en el deporte, dejó una marca indeleble en clubes y selecciones nacionales a lo largo de su carrera.

Un Trayecto Lleno de Logros

Eriksson, nacido en Suecia, comenzó su carrera como entrenador tras retirarse como futbolista a los 27 años. A lo largo de su carrera, dirigió a 12 clubes, entre ellos el Manchester City, Leicester, Roma y Lazio, cosechando un total de 18 trofeos. Su primer gran éxito llegó con el Göteborg, al ganar la Copa de la UEFA en 1982. También dejó su huella con el Lazio, al ganar la Recopa y la Supercopa de Europa en 1999.

En el ámbito internacional, Eriksson se destacó como el primer seleccionador no británico de Inglaterra. También dirigió a las selecciones de México, Filipinas y Costa de Marfil, llevando su influencia y estilo de liderazgo a cuatro continentes.

Una Vida de Contrastes

A pesar de su éxito profesional, la vida personal de Eriksson estuvo llena de contrastes. Conocido como un «seductor», su vida amorosa y sentimental fue ampliamente cubierta por los medios, con relaciones notables con figuras como Nancy Dell’Olio, Graziella Mancinelli, Ulrika Jonsson y Faria Alam. A pesar de su apodo de «Ice Man» (Hombre de Hielo), su vida privada fue todo menos fría.

En sus últimos años, Eriksson enfrentó su enfermedad con valentía. A pesar de los desafíos, mantuvo una actitud positiva y agradecida hacia su vida. En sus últimos días, dejó un mensaje de esperanza y reflexión: «Cuídense y cuiden su vida. ¡Vívanla!»

La partida de Sven-Göran Eriksson deja un vacío en el mundo del fútbol, pero su legado y contribuciones al deporte perdurarán en la memoria de todos los que lo conocieron y admiraron. Su vida, llena de logros, desafíos y momentos inolvidables, es un testimonio de la pasión y dedicación que llevó al fútbol a lo largo de su carrera.