La percepción de los mexicanos sobre el entorno económico del país y de sus hogares empeora cada vez más, pero esto no ha sido motivo para que dejen de gastar.

Por el contrario, su consumo es cada vez mayor, para beneplácito de las tiendas de autoservicios, departamentales, agencias automotrices y en general del sector comercio y de servicios. Esta actividad ha sido el principal motor de la economía.

En el primer mes de este año el Índice de Confianza del Consumidor se desplomó 25 por ciento, con lo que presentó su mayor caída en 15 años.

En contraste, las ventas de la ANTAD crecieron 4.1 por ciento en tiendas iguales, aunque los analistas consideran que su desempeño pudo haber sido mejor, debido al efecto calendario. En febrero la venta de autos creció 6.5 por ciento anual, a 117 mil 976 unidades, la mayor cifra para un segundo mes, equivalente a unos 4 mil 213 autos por día.

Si comparamos el nivel de la confianza del consumidor de enero de este año contra el de enero de hace cinco años, se ha registrado una caída de 27 por ciento. En tanto, las ventas totales de la ANTAD han crecido 33 por ciento, en términos reales.

Especialistas de Euromonitor explicaron que detrás del consumo hay factores que lo impulsan, como el incremento en el crédito y las remesas. Además, el aumento de la clase media mantiene la inercia positiva.

“Este crecimiento es impulsado entre otras cosas por el mayor número de mujeres ingresando a la fuerza laboral que incrementa el ingreso disponible por hogar y por el aumento en la urbanización que genera una mayor demanda de bienes y servicios”, dijo la empresa.

Karla Rojas, especialista en mercadotecnia de la Universidad Panamericana, reconoció que si bien el consumo se ha visto favorecido por bajas tasas de desempleo, inflación y el incremento del salario real, existen factores emocionales y psicológicos que inciden en las decisiones de compra de las personas.

“Los consumidores actúan con base en las emociones que tengan en ese momento, como la tristeza y la felicidad”, agregó, comentando que los consumidores se clasifican en: buscador, desesperado, cazador de ofertas y el ansioso.

Así, a pesar de que la confianza del consumidor está cayendo, las personas seguirán consumiendo bienes a pesar de la adversidad.
“Hay que recordar que todo lo que se refiere a compras o al comportamiento del consumidor es psicología”, dijo por su parte Carlos Sedano, académico de la Universidad Iberoamericana.

Dijo que normalmente cuando existen periodos de crisis el razonamiento de los consumidores es adelantar sus compras previendo que esos bienes serán más caros por factores como el tipo de cambio, tasas de interés, etc., aunque a la larga esto podría traer problemas de endeudamiento y la falta de capacidad de pago, dañando la economía familiar y de las empresas que otorgan los créditos.