Un nuevo estudio, de la Universidad de Chicago, ha revelado que el aislamiento deriva en una señal de estrés de huida o lucha, que puede alterar la producción de glóbulos blancos en nuestro cuerpo – los glóbulos blancos o leucocitos forman nuestro sistema inmunitario. Se trata de una respuesta monótona, mientras más solo te sientas, mayores son los efectos negativos.
Los investigadores siguieron a 141 adultos mayores durante un periodo de cinco años. Su intención era ver sí el aislamiento social causaba que los glóbulos blancos activaran un programa genético llamado CTRA (respuesta transcripcional conservada ante la adversidad), el cuál aumenta la inflamación y disminuye la expresión genética antiviral.
Una vez analizados los resultados de cada participante, los científicos descubrieron que aquellos que se sentían solos, sí mostraban una CTRA mayor.
Después, el equipo de investigadores analizó los procesos celulares en monos macacos Rhesus socialmente aislados. Y, como los humanos solitarios, los monos mostraron una mayor actividad CTRA y también niveles más altos de norepinefrina, el neurotransmisor de la reacción de lucha o huida.
El observar más de cerca a los monos, los científicos descubrieron que la expresión genética de CTRA había aumentado debido a una mayor producción de monocitos inmaduros, para probar las consecuencias de estos efectos fisiológicos, los investigadores los expusieron al VIS ( VIH en monos) y el equipo fue testigo de un crecimiento más veloz tanto en el cerebro como en la sangre de los monos solitarios a comparación de los sociales.
Los resultados, publicados en el diario PNAS, fueron específicos al aislamiento social, por lo que el hallazgo no puede ser explicado por el estrés o síntomas de depresión. Curiosamente la relación entre a soledad y la CTRA es reciproca; la soledad no sólo predice la CTRA, sino que la CTRA también predice soledad en el futuro.
Así que ya sabes la importancia de siempre estar rodeado de buena compañía.