Comúnmente se cree que las mujeres tienen menos deseo sexual o que su naturaleza las lleva más a la monogamia, pero esto quizás sólo sea un mito cultural. Un estudio realizado por la investigadora Meredith Chiver mostró que las mujeres se excitan viendo imágenes pornográficas con la misma facilidad que los hombre e incluso con una repuesta un poco más pronunciada.
Otro estudio realizado en Alemania analizó el deseo sexual de 2,500 parejas estables y notó que el deseo sexual hacia su pareja en el caso de las mujeres cae de manera más pronunciada. El estudió notó que el deseo empieza al mismo tiempo tanto en hombres como mujeres –lo cual es de esperarse en una pareja. Lo interesante es que el declive del deseo sexual masculino es más gradual en el tiempo a diferencia del deseo sexual femenino que desploma de manera más dramática en una relación estable (esto sin que tuviera que ver con un declive de la libido asociado a la edad).
El autor del libro What Woman Want, Daniel Berger cree que este estudio indica que las mujeres en cierta forma están menos equipadas para formar relaciones monógamas, al menos en lo que se refiere a sus respuestas fisiológicas (quizás se mantengan en relaciones monógamas por cuestiones culturales).
Berger cree que esto tiene que ver con el estereotipo cultural de los sexo que se sigue proyectando en los niños, mayormente que para los hombres es bien visto tener muchas parejas y que las mujeres deben ser más recatadas, deja de reforzarse para las mujeres en la adultez y se pierden las conexiones neurales ligadas a esta forma de sexualidad. En otras palabras, después de la escuela y la universidad las mujeres dejan de escuchar esta noción o dejan de creer en ella y así su cerebro pierde «la robustez de las vías neurológicas que tienen que ver con el deseo erótico», dice Berger. Esta hipótesis estaría predicada bajo el supuesto de que las mujeres necesitan recargar estas conexiones neurales con nuevos elementos culturales que refuercen la idea de la monogamia y al no encontrarlas tanto en su vida madura se van disolviendo.
De cualquier manera, la monogamia es algo bastante raro en la naturaleza y se ha discutido si realmente el ser humano está hecho para ser monógamo. Sin embargo, es precisamente lo que define al ser humano que es capaz de evolucionar conscientemente y de alguna manera recrearse. En el ser humano natura y cultura no están divididas.