En un inicio lleno de furia y definición, Monarcas se apodera de otro encuentro con marcador a favor. Y en casa. Y con cinco goles de Ruidíaz. Y contra el histórico Atlas que solamente los veía pasar a toda velocidad de un lado a otro.

Así es el nuevo juego de los once canarios que tienen en sus pies: ágil, conciso y dinámico. En donde el gol es una constante y la adrenalina una adicción.

A pesar de que todo inició por un autogol de Bareiro, el equipo local pudo sacar ventaja y dominar un encuentro decisivo para empezar a colarse en lo alto de la tabla. Los jaliscienses, sin embargo, no dejaron de apretar la cuerda y lograron un final apretado 3-2 en contra en el minuto 87′.

A esto respondió Monarcas con un juego de bola rápida y respuesta fría que hacía pensar que esto, o se definía en empate o en un 4-2 total.

Mientras el combate agonizaba en los minutos 90 y tantos, la afición canaria se volvía loca de nervios por las llegadas atlistas. Un balazo que detuvo en la raya Carlitos Morales daba calma después de las llegadas asesinas de Atlas.

Partidazo, dirían algunos. Mala defensa, dirían otros. Lo cierto es que este nuevo Monarcas no aburre ni deja dudas, no tiembla ni se esconde. Un pitazo final hizo que todo el estadio estallara en gritos de paz y consuelo: 3-2 a favor de Monarcas Morelia.