Ciudad de México, 20 de junio de 2025.- Desde que “Hotel California” de Eagles salió en 1977, la temperatura promedio en México ha aumentado 1.7 grados. Pero lo más alarmante, advierte el especialista Francisco Estrada Porrúa, es que casi el 30% de ese incremento ocurrió desde 2017, el mismo año en que sonó en todo el mundo “Despacito” de Luis Fonsi.

Estrada, titular del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, utiliza estas referencias culturales para señalar un fenómeno urgente: México se está calentando más rápido que el promedio mundial.

“La tasa de calentamiento global es de 2 grados por siglo, pero en México estamos en 3.2. Y hay regiones del norte del país donde alcanza hasta 6 grados por siglo. Es tres veces más que el promedio mundial”, explicó en entrevista con AFP, mientras un reciente estudio de Earth System Science Data advertía que el calentamiento global inducido por el ser humano “ha aumentado a un ritmo sin precedentes”.

Este calentamiento tiene consecuencias visibles y crecientes. “La probabilidad de eventos extremos de temperatura y precipitación se ha multiplicado por tres y cinco veces, respectivamente, en algunas zonas del país”, advierte Estrada. Un ejemplo de estos efectos es el huracán Otis, que en octubre de 2023 pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en solo 12 horas, devastando Acapulco.

A estos impactos se suman las llamadas “islas de calor” urbanas. “Cuando urbanizas un paisaje natural, cambias el balance energético, sube la temperatura y se modifica el clima local. En Ciudad de México, por ejemplo, el calentamiento urbano ha sumado hasta 3 grados adicionales al global”, señala el investigador.

En la vida cotidiana, esto ya se nota. “Antes no usábamos aire acondicionado en el coche; ahora es casi indispensable. Esto implica también un aumento en la demanda energética”, explica.

Pero el calentamiento también amenaza la base alimentaria del país. Según Estrada, ya se observan pérdidas de entre 5% y 20% en el rendimiento del maíz en algunos estados. “Para finales de siglo, podríamos perder hasta el 80% de esos rendimientos en ciertas regiones. Esto afectaría la seguridad alimentaria, la inflación, la estabilidad social e incluso podría provocar migración”.

La advertencia es clara: si México no se adapta y mitiga con urgencia, las consecuencias del cambio climático serán cada vez más profundas y difíciles de revertir.