Cada semana, la avenida Madero en el Centro Histórico se convierte en un vibrante punto de encuentro para los amantes del deporte, la recreación y la convivencia familiar. Desde las 8 de la mañana hasta aproximadamente las 2 de la tarde, la calle Madero y la avenida Acueducto, entre la calle Andrés Quintana Roo y la avenida Tata Vasco, son cerradas al tráfico de automóviles para dar paso a una colorida y activa ciclovía dominical recreativa.

Este espacio, pensado originalmente para el tránsito de ciclistas, se ha convertido en un lugar de encuentro para personas de todas las edades y de diversas formas de movilidad alternativa al automóvil. Desde ciclistas y corredores hasta patinadores, patinetas, triciclos y scooters, la diversidad de participantes refleja el espíritu inclusivo de la iniciativa.

Para muchos, como Teresa Orozco, este evento semanal es una oportunidad para disfrutar del aire libre y la actividad física en compañía de amigos y familiares. Teresa comparte: «Me encanta venir, lo hago cada semana, sola o con quien quiera acompañarme, hoy estoy con mi ahijada, hago bicicleta o corro, es un espacio que disfruto mucho».

Sin embargo, la ciclovía no solo ofrece momentos de recreación y ejercicio, sino que también brinda una oportunidad para que los infractores, especialmente en materia de tránsito, salden sus penalizaciones y reciban orientación para evitar reincidir en futuras faltas.

Además, la ciclovía no excluye a las mascotas, que también pueden disfrutar del paseo junto a sus dueños.