2017 fue un año particularmente difícil para los niños que viven en zonas de guerra, asegura un nuevo informe del Secretario General.
El número de violaciones de los derechos de los niños aumentó de 15.500 en 2016 a más de 21.000, de las que 6000 fueron cometidas por autoridades gubernamentales y 15.000 por otros grupos.
Más de 10.000 niños y niñas murieron o fueron mutilados y al menos 900 fueron violados. Afganistán fue el país donde ocurrió la mayor cantidad de asesinatos, seguido por la República Democrática del Congo, Somalia y Sudán del Sur.
A pesar de estas cifras, el Secretario General afirmó que en 2017 se vieron también resultados positivos, con más de 10.000 niños liberados de las filas de grupos armados.