• Un vistazo a las raíces culturales y mitológicas detrás de esta creencia arraigada

MORELIA, MICHOACAN, 13 DE FEBRERO.- En muchas partes del mundo, el martes 13 evoca sentimientos de aprensión y precaución, alimentados por la arraigada superstición que lo rodea. Este día ha sido marcado como un momento propicio para la mala suerte, pero ¿cuál es el origen de esta creencia?

Según diversas fuentes culturales e históricas, las raíces de la superstición del martes 13 se extienden a través de diferentes tradiciones y mitologías. Una de las explicaciones se encuentra en las connotaciones negativas asociadas con el martes, derivadas de la tradición cristiana. Se dice que este día fue testigo de eventos desafortunados en la historia, como la caída de Babilonia o la confusión de lenguas en la Torre de Babel.

Además, en la mitología nórdica, el número 13 ha sido considerado desafortunado debido a una leyenda que involucra a Loki, el dios travieso, quien era el invitado número 13 en un banquete en el Valhalla. Se dice que su presencia trajo consigo la muerte de Balder, uno de los dioses más queridos, añadiendo más peso a la superstición.

La literatura y la cultura popular también han contribuido a la perpetuación de esta creencia. En la cultura occidental, el número 13 se considera tradicionalmente desafortunado, y numerosas historias de terror y mitos urbanos han alimentado la idea de que el martes 13 es un día especialmente propenso a la desdicha.

Es importante destacar que estas creencias son supersticiones y carecen de base científica. El martes 13 no tiene inherentemente más probabilidades de ser desafortunado que cualquier otro día de la semana. Sin embargo, la persistencia de estas ideas en la cultura popular puede influir en el comportamiento de las personas y en su percepción de los eventos en ese día en particular.

A pesar de todo, para muchos, el martes 13 sigue siendo un día de precaución, donde se evitan ciertas actividades o se toman medidas adicionales para evitar la mala suerte. Sin embargo, para otros, es simplemente otro día en el calendario, desprovisto de cualquier significado supersticioso.