Una decisión que sacude los pilares constitucionales de EE.UU.
Washington, D.C. – En una controvertida resolución de 6 votos contra 3, la Corte Suprema de Estados Unidos ha dado un espaldarazo a la administración de Donald Trump al permitir que su orden ejecutiva —que busca restringir el derecho a la ciudadanía automática por nacimiento— avance sin ser bloqueada a nivel nacional por tribunales menores.
Aunque el fallo no entra al fondo del decreto, sí elimina los obstáculos judiciales que habían congelado su aplicación. La medida, según expertos, podría afectar a más de 250 mil bebés nacidos al año en EE.UU. de padres indocumentados o con visas temporales.
La jueza Amy Coney Barrett, quien redactó la opinión mayoritaria, sostuvo que los jueces inferiores excedieron su jurisdicción al suspender la orden a nivel nacional. La jueza liberal Sonia Sotomayor expresó desde el estrado su «profundo desacuerdo», advirtiendo que la Corte está renunciando a su papel como garante del Estado de derecho.
La orden ejecutiva entraría en vigor 30 días después del fallo, dando tiempo a nuevos litigios colectivos. No obstante, este giro podría marcar el comienzo de una reconfiguración drástica en el derecho de ciudadanía en EE.UU.