Tokio, Japón. – Nissan Motor Co. anunció este martes una drástica ampliación en su plan de recortes laborales a nivel global. La automotriz japonesa despedirá a 20,000 empleados en todo el mundo hasta el ejercicio fiscal 2027, más del doble de los 9,000 despidos anunciados en 2024, como parte de una profunda reestructuración para hacer frente a sus crecientes pérdidas financieras.
Durante la presentación de resultados del ejercicio fiscal 2024, Nissan reportó pérdidas netas por 670,900 millones de yenes (aproximadamente 4,040 millones de euros), en marcado contraste con los beneficios de 426,600 millones de yenes (unos 2,593 millones de euros) obtenidos el año anterior. La compañía atribuyó el desplome a la fuerte depreciación de sus activos y al aumento de los costos operativos.
“El año fiscal 2024 ha sido un gran desafío para nosotros, y prevemos que estos desafíos continuarán en 2025”, señaló Jeremie Papin, director financiero de Nissan. Agregó que la situación requiere medidas urgentes para restaurar la rentabilidad.
La automotriz también informó una caída del 87.7 % en su resultado operativo, quedando en 69,800 millones de yenes (unos 424 millones de euros), y una ligera disminución del 0.4 % en su facturación, que se situó en 12.63 billones de yenes (76,800 millones de euros).
En ese contexto, la compañía ejecutará un plan que incluye no solo despidos masivos, sino también la reducción de su red de plantas ensambladoras de vehículos de 17 a 10, lo que implicará un recorte del 30 % en su producción global —excluyendo a China—. También se contempla el cierre o reestructuración de fábricas de trenes de propulsión.
El CEO de Nissan, Iván Espinosa, defendió la decisión como parte de una estrategia más “rápida y ambiciosa” que la planteada por la anterior administración. Si bien evitó detallar qué fábricas podrían verse afectadas, ya se han confirmado medidas como el cese de producción en Argentina, la consolidación de operaciones en México y la cancelación de la planta de baterías en Kitakyushu, Japón.
Aún se desconoce el impacto de estos cambios sobre las operaciones en regiones clave como Europa y Norteamérica. Las estimaciones de Nissan no contemplan todavía los efectos negativos derivados de los aranceles estadounidenses a la importación de vehículos, que podrían costar a la compañía otros 450,000 millones de yenes (unos 2,739 millones de euros) en 2025.
La automotriz espera que, con esta reestructuración, pueda volver a números positivos en el mediano plazo.