Morelia, Mich., Al menos 600 mil personas de la denominada clase media en Michoacán, pasaron al estatus de pobreza, lo anterior fue informado por el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Víctor Tapia Castañeda.

En entrevista expuso que se estima que cerca de 125 mil familias abandonaron el rango de pobreza extrema, es decir poco más de 600 mil michoacanos, sin embargo un número similar se sumó a estas filas, por lo que actualmente se estimaría hay más de un millón de pobres en el estado.

“Son personas que todos los días no saben si van a comer, o qué hacer para que sus hijos vayan a la escuela, o que no tienen los elementos suficientes para los útiles uniformes o traslados, ese es el problema está demostrado y percibido por las encuestas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)”, dijo.

Sin embargo manifestó que lamentablemente en esta misma mención se arroja que gente que ya estaba catalogada como clase media cayó a pobreza general, “el crecimiento de pobreza fue de alrededor de 600 mil personas que estaban catalogadas en clase media y que deterioraron su ingreso y perdieron su empleo, estabilidad y se metieron en problemas porque perdieron su capacidad de compra y su bienestar de vida estable”, agregó.

A decir del delegado federal este cambio drástico obliga a replantear la estrategia de combate a la pobreza que incluya una red de protección social, para quienes están en la línea de bienestar y que están a punto de traspasar a otro estatus.

“En esa perspectiva es necesario pensar que falta de una red de protección social, que impida que ante un despido, un accidente que complica esa gente caiga en la línea de pobreza y es lo que más se ha hecho falta, pero si se revisa esos son daños que provoca la economía, el crecimiento es insuficiente, como ha sido el caso de Michoacán, especialmente iba generando daños no previstos el aumento de gente que baja de clase media pobres en menos de 3, 4 o 5 meses”, explicó.

Otro mecanismo que consideró efectivo es el empleo formal, ya mientras la informalidad siga siendo del orden de 75 a 76 por ciento, no se puede a un estado de bienestar.