Nunca debemos dejar de innovar en la comunicación interna, para mantener las buenas relaciones entre los miembros de la empresa por  mensajes al momento de proveer comunicación, el mejor medio es estar donde ellos están siempre WhatsApp.

El servicio de mensajería cuenta en 2016 con más de 1.000 millones de usuarios y, por supuesto, entre esos usuarios muy seguramente estén todos, o casi todos, aquellos a los que queremos llegar en nuestra comunicación interna. Por eso les proponemos tres usos para que la comunicación interna de nuestra organización sea innovadora en este canal de uso sencillo y diario:

Crea un grupo oficial. Una buena idea es crear un grupo de uso oficial dentro de la organización para dar avisos, compartir noticias relevantes, realizar convocatorias. Es importante, además, ayudarse de las herramientas de formato de WhatsApp (cursiva, negrita y el tipo de letra distinto para dotar al mensaje de énfasis en los elementos que queramos). WhatsApp es conversación, si pretendes que estos grupos masivos sean unívocos… ¡mejor manda un mail! Deja claras las normas y recuérdalas sistemáticamente. En tus manos está convertir el grupo en una agradable conversación.

Comparte contenidos que interesen a todos. Por supuesto, WhatsApp es una magnífica herramienta para compartir contenidos y llamar la atención de nuestros públicos para que interactúen y den difusión a los mensajes de nuestra organización en otras redes, pero no conviertas un grupo oficial en un lugar de ‘autobombo’. Aporta noticias del sector, actualidad sobre tus zonas de influencia y, por qué no, noticias menos relevantes y más frescas cuando se acerque el fin de semana.

Respeta los horarios. WhatsApp es una herramienta de uso tan personal que no debemos ser invasivos cuando se trata de algo profesional. El tiempo de descanso de los tuyos es el que es, no lo invadas. En las normas de uso de este canal debe existir un horario, no todo el mundo silencia los grupos o modifica las notificaciones. Si un amigo me manda un vídeo gracioso a las 3 de la mañana me acordaré de su familia, pero si me lo manda mi jefe o alguien de mi organización, maldeciré a la organización. Es sencillo, respeta los horarios. Sé inteligente, si hay un partido de fútbol de esos que paralizan todas las semanas el país, evita enviar mensajes en ese horario.

Al fin y al cabo, WhatsApp es un lugar de conversación privado. Crear grupos desde las organizaciones implica un alto riesgo de desvarío si no se cumplen las normas. La susceptibilidad de los tuyos es también un factor a tener en cuenta. Cualquier mensaje puede ser interpretado de mil formas. Por eso, en las comunicaciones oficiales, hay que tratar de ser lo más aséptico posible. WhatsApp es una de esas herramientas que provocan un respeto tremendo en la comunicación interna pero tiene un potencial infinito.