Este verano, como toda temporada alta para el turismo, las grandes cadenas hoteleras hacen su agosto. Pero sus ganancias no se van a reflejar en el desarrollo regional de México.

Por lo general estas empresas evaden el pago de impuestos por medio de esquemas como el todo incluido, el outsourcing y la facturación de operaciones inexistentes.

Tan sólo por el llamado all inclusive, se estima que están evadiendo un monto de mil 520 millones de pesos, según cálculos del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

El administrador general de Auditoría Fiscal Federal del SAT, Ernesto Luna, explica que estas empresas hoteleras no están pagando el Impuesto Sobre la Renta (ISR) en el país y tampoco el IVA generado por el váucher correspondiente al momento de que el vacacionista paga el paquete “todo incluido” con tarjeta de crédito.

Tienen registradas un total de 9 mil 500 empresas dedicadas al hospedaje concentradas en 15 entidades, la mayoría en Quintana Roo, y de éstas 400 hoteles dan el servicio todo incluido.

Por esa razón realizan revisiones en mil 327 hoteles localizados en el Caribe mexicano en donde se ha logrado recuperar 225 millones de pesos por gravámenes no enterados al fisco.

Se hacen visitas para verificar los comprobantes fiscales y se aprovecha para revisar si cumplen con el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se aplica por cada botella de alcohol que venden.